top of page
butinrevivari

James y el melocoton gigante pdf descargar: todo lo que debes saber sobre este libro



19 Casi sin saber lo que hacía, como atraído por un potentísimo imán, James Henry Trotter empezó a caminar lentamente hacia el melocotón gigante. Saltó la valla que lo rodeaba, y se quedó inmóvil a su lado, contemplando sus enormes curvas. Levantó una mano y lo tocó suavemente con la punta de los dedos. Era suave, cálido y delicado, como la piel de un ratoncillo recién nacido. Se adelantó otro paso y rozó su cara contra la suave piel. Y entonces, mientras estaba haciendo aquello, percibió que justo debajo de él, cerca del suelo, el melocotón tenía un agujero. Era un agujero bastante grande, como el que pudiera haber hecho un animal del tamaño de un zorro. James se puso de rodillas delante de él y asomó la cabeza y los hombros. Y se arrastró hacia el interior. Siguió reptando. Esto no es solamente un agujero, pensó emocionado. Es un túnel. El túnel era húmedo y lóbrego, y tenía ese curioso olor agridulce de los melocotones maduros. El suelo estaba encharcado, las paredes estaban húmedas y pegajosas, y del techo caían gotas de jugo de melocotón. James abrió la boca y lamió algunas gotas con la lengua. Tenía un sabor delicioso. Ahora se arrastraba cuesta arriba, como si el túnel condujera hacia el centro del gigantesco fruto. Se paraba cada pocos segundos y daba un mordisco a la pared. La carne del melocotón era dulce y jugosa, increíblemente refrescante. Siguió arrastrándose unos cuantos metros y, de pronto bumba, la coronilla de la cabeza golpeó contra algo muy duro que le bloqueaba el camino. Miró. Delante de él había un sólido tabique que en un principio parecía hecho de madera. Lo palpó con los dedos. Sí, parecía de madera, sólo que estaba rugoso y lleno de profundos surcos. Cielo santo! exclamó. ya sé lo que es! He llegado al centro del melocotón, al hueso! Entonces se dio cuenta de que en la pared del hueso había una pequeña puerta. Empujó y abrió. Entró y, antes de tener tiempo de ver dónde estaba, oyó una voz que decía:!mirad quién está aquí! Y otra voz dijo: 18


INT James_melocoton_gigante_OK.indd 1 20/11/15 12:14 Las obras de Roald Dahl no solo ofrecen historias apasionantes... Sabías que un 10 % de los derechos de autor* de este libro se destina a financiar




James y el melocoton gigante pdf descargar




Casi sin saber lo que haca, como atrado por un potentsimo imn,James Henry Trotter empez a caminar lentamente hacia el melocotngigante. Salt la valla que lo rodeaba, y se qued inmvil a su lado,contemplando sus enormes curvas. Levant una mano y lo tocsuavemente con la punta de los dedos. Era suave, clido y delicado,como la piel de un ratoncillo recin nacido. Se adelant otro paso yroz su cara contra la suave piel. Y entonces, mientras estabahaciendo aquello, percibi que justo debajo de l, cerca del suelo,el melocotn tena un agujero. Era un agujero bastante grande, comoel que pudiera haber hecho un animal del tamao de un zorro. Jamesse puso de rodillas delante de l y asom la cabeza y los hombros. Yse arrastr hacia el interior. Sigui reptando. Esto no es solamenteun agujero, pens emocionado. Es un tnel. El tnel era hmedo ylbrego, y tena ese curioso olor agridulce de los melocotonesmaduros. El suelo estaba encharcado, las paredes estaban hmedas ypegajosas, y del techo caan gotas de jugo de melocotn. James abrila boca y lami algunas gotas con la lengua. Tena un sabordelicioso. Ahora se arrastraba cuesta arriba, como si el tnelcondujera hacia el centro del gigantesco fruto. Se paraba cadapocos segundos y daba un mordisco a la pared. La carne del melocotnera dulce y jugosa, increblemente refrescante. Sigui arrastrndoseunos cuantos metros y, de pronto bumba, la coronilla de la cabezagolpe contra algo muy duro que le bloqueaba el camino. Mir. Delantede l haba un slido tabique que en un principio pareca hecho demadera. Lo palp con los dedos. S, pareca de madera, slo que estabarugoso y lleno de profundos surcos. Cielo santo! exclam. ya s loque es! He llegado al centro del melocotn, al hueso! Entonces sedio cuenta de que en la pared del hueso haba una pequea puerta.Empuj y abri. Entr y, antes de tener tiempo de ver dnde estaba, oyuna voz que deca: !Mirad quin est aqu! Y otra voz dijo:18 2ff7e9595c


0 views0 comments

Recent Posts

See All

Comments


!
Widget Didn’t Load
Check your internet and refresh this page.
If that doesn’t work, contact us.
bottom of page